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La realización simbólica. Diario de una esquizofrénica

La obra consta de dos partes diferenciadas en la primera parte, “La realización simbólica” la doctora Sechehaye narra el desarrollo patológico de una esquizofrenia en una joven llamada Renée, desde sus inicios en la pubertad hasta la edad adulta, terminando con la curación de la enferma gracias a la terapia de realización simbólica. En la segunda parte la propia enferma en “Diario de una esquizofrénica” expone sus experiencias con la enfermedad, el trato degradante que sufre como enferma mental, el terror que le acompaña en cada una de sus vivencias y su paulatino restablecimiento. Este artículo se divide en estas dos partes.

PRIMERA PARTE: LA REALIZACIÓN SIMBÓLICA

Sechehaye propone una terapia novedosa que hoy por hoy parece rechazada por la psiquiatría oficial. Para la doctora las alucinaciones o las conductas alteradas del esquizofrénico no son simples afloramientos sin sentido de una mente trastornada sino que son plasmaciones de necesidades psíquicas insatisfechas. Desde la perspectiva psicoanalítica esta idea no debe resultar extraña ya que los síntomas neuróticos también son considerados en el psicoanálisis como intentos de restablecer la economía psíquica del paciente. Renée había sido desahuciada por la psiquiatría de su época y todo apuntaba a que “se trata de una esquizofrénica en sus comienzos (está en la edad en que a menudo se desarrolla una hebefrenia), no es posible ayudarla mucho, pues está en el camino de la desintegración mental, común en estos casos” (La realización simbólica cap. II) sin embargo, el método de Sechehaye logró el total restablecimiento de Renée.

 

SEGUNDA PARTE: DIARIO DE UNA ESQUIZOFRÉNICA

Aún a riesgo de parecer exagerado creo que he leído pocos relatos tan extraordinariamente dramáticos como el diario de Renée, con el agravante de que cuenta hechos verídicos que se repiten día a día en ciento de miles de personas con alguna patología mental. La paulatina desconexión de la enferma con el mundo real es narrado con un inexorable fatalismo y un profundo sentimiento de angustia y soledad. La certeza de que al final Renée fue reintegrada a la realidad hace que la lectura de esta tragedia sea algo más soportable.

El primer capítulo del diario de Renée se titula “Aparición de los primeros sentimientos de irrealidad”, un título muy oportuno con el que comenzar ya que la lucha de Renée contra esta invasión de irrealidad en su vida será el motivo principal del diario. Lo terrible de la irrealidad no es lo que la irrealidad misma representa sino el sentimiento de soledad y de desligazón con el mundo “normal” que experimenta la enferma. Las visiones no son en sí mismas terribles, puede que algunas tengan hasta cierto encanto onírico, lo que las hace terrible es la fractura con el mundo humano “normal” que rodea a Renée.

pero a pesar del juego y de la conversación, no lograba volver a la realidad: todo me parecía artificial, mecánico, eléctrico; o también me excitaba voluntariamente: reía, saltaba, movía las cosas a mi alrededor, las sacudía para intentar hacerlas volver a la vida. ¡Eran miembros terriblemente penosos!

¡Cuán feliz era cuando las cosas permanecían en su cuadro habitual, cuando la gente estaba viva, normal y, sobre todo, cuando yo tenía contacto con ella!”

 

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